martes, 29 de abril de 2014

Una sesión de Reiki equivale a tres horas de descanso profundo

Según investigaciones que se han realizado (Dr. Herbert Benson) los estados de meditación o de profunda relajación de la mente provocan un proceso bioquímico llamado “respuesta de relajación”. Este proceso incluye la secreción de hormonas y varias sustancias bioquímicas tienen efectos benéficos. El Reiki produce un estado mental semejante. La armonización aumenta cuando la persona que recibe tratamientos regulares de Reiki.
Algunos de sus beneficios:
* Normalización de la presión sanguínea.
*Tonificación de la función del sistema inmunológico y el equilibrio bioquímico del sistema endocrino.
* Sentimiento de paz y relajación.
* Cicatrización rápida de las heridas, quemaduras, moretones, torceduras.
* Alivio de dolores de cabeza y otros.
* Produce un sentimiento de bienestar y en algunos casos cambio de actitudes a nivel mental y emocional, facilitando los procesos en el ámbito de las relaciones humanas, consigo mismos y con el entorno.
* Estimula el afianzamiento de cambios vitales profundos, como lo son los momentos de duelo y/o toma de decisiones importantes, a través del impulso de los procesos energéticos de transición emocional y física. 

El Reiki es absorbido por cada célula del cuerpo, en las cantidades necesarias para mantener un equilibrio energético y fluye a cualquier lugar en el que haya una deficiencia en la energía. 

Un poco más sobre el Dr. Herbert Benson:

El Dr. Herbert Benson, MD, es un cardiólogo estadounidense y fundador del Instituto Mind/Body Medical Hospital General de Massachusetts en Boston. Se graduó de la Universidad Wesleyan y la Escuela de Medicina de Harvard.

Benson es un pionero en la medicina mente/cuerpo, uno de los primeros médicos occidentales para que la espiritualidad y la curación en la medicina. En su carrera de 35 años, ha definido la respuesta de relajación y continúa liderando la enseñanza y la investigación sobre su eficacia en la lucha contra los efectos nocivos del estrés.

Benson participó en un diálogo que tuvo lugar en Harvard en marzo de 1991, como parte de una conversación entre científicos y budistas iniciadas antes del 14 de Dala Lama, organizado por el Instituto Mente y Vida. Reseña del libro: MindScience.




Ana Lucia Acosta Bedoya.
Maestra y Terapeuta Reiki - AYMALUZ
Comunicadora social - periodista U. de A.
Master en Derechos Humanos U. de Alcalá - Madrid.
Doula - Org. Doula Caribe 

jueves, 24 de abril de 2014

Kundalini, la energía vital y el despertar espiritual.

“La creación actúa aquí y ahora, la energía creadora que suscita el universo está realmente presente en todo el cosmos, por tanto en mi cuerpo, en mi cerebro, en mis células. Las fuerzas cósmicas que hacen evolucionar la vida según las circunstancias locales, cambiantes, están presentes aquí mismo y yo no soy distinto de ellas. A cada instante de mi vida una fuerza misteriosa crea mi propio cuerpo y es la misma que crea el universo: es también Kundalini” Tantra, el culto de lo femenino –
 André Van Lysebeth




Kundalini, esta palabra mítica, mágica, secreta, ¿compleja?, ha sido emparentada tanto con el despertar espiritual y la expresión máxima de los dones del alma, como con el bienestar corporal, en términos del placer, la salud y la longevidad, así como con la sexualidad.
Hablar de ella, sin caer en ciertos “tecnicismos” en el lenguaje, es casi un reto. Podríamos simplemente referirnos al fulgor de los ojos de una mujer sana-vital, o al rubor en las mejillas de los amantes. Podríamos hasta hablar de la clarividencia y del éxtasis de ciertos estados alterados de consciencia. También podríamos escribir un tratado sobre el valor de la respiración y el poder de la longevidad, que reconoce el rito sagrado y silencioso de la renovación celular. Podríamos hacer poesía sobre el arte de amar y los placeres sagrados del cuerpo como vehículo del espíritu, o narrar la capacidad de creación y materialización que entraña el pensamiento y la acción de un ser que ha despertado todos sus niveles y dimensiones de energía, desde la raíz energética de la vida. 
Sin embargo, todo ello sería grato, pero quizá también vago y disperso, mucho más cuando se trata de la necesidad de mirar de frente, a los ojos, a esa corriente central de energía que alimenta la vida.


El Reiki y la energía Kundalini

"El Reiki es también una práctica Kundalini". ¿Qué habrá querido decir Diane Stein cuando en su libro: El Reiki esencial, expresa esto? El Reiki es una práctica de sanación ancestral, que moviliza, se nutre y entrega luz, amor o información sanadora, a partir del principal motor del energía vital que tiene nuestro cuerpo: La energía KUNDALINI.
Ser un canal, en purificación y perfeccionamiento, de la Energía Universal al servicio de la Energía Vital de cualquier organismo, es decir, hacer REIKI y ser REIKI, implica conectar cielo y tierra para facilitar el flujo de Amor Universal a través de nuestras manos. Ya sabemos que podemos discurrir sobre ese insumo esencial de la vida, y referirnos a esa sustancia creadora como Chi (China), Ki (Japón) o Prana (India); incluso como luz o información divina. Pero ya no basta referirnos a ella, nombrarla o hablar de ella; conforme avanza el camino del Reikista (o del sanador, en esencia del SER HUMANO), es necesario vivirla y sentirla.
Es importante, por tanto, conocer esas rutas sagradas en nuestro cuerpo, por las cuáles actúa y  se mueve esa energía de VIDA que ha dado origen al Universo y todos sus movimientos. Esto es  profundamente revelador y de gran impulso en el camino de auto-reconocimiento como seres humanos canales de sanación, canales de una energía mayor,  canales conscientes de la energía divina que palpita en cada recodo de la creación.

Antigua y siempre nueva, Kundalini:

Prácticas milenarias como Chi Kung, (Qi Gong-japón), el Kundalini Yoga, filosofías antiguas como el Tantra (que lejos de ser una religión, es una doctrina cuyo nombre traduce “entramado o tejido” y que reconoce el universo como un tejido en donde todo se sostiene y todo actúa sobre todo), nos ponen de cara ante el valor de aceptar que cómo es arriba es abajo, que nuestro cuerpo físico, y todos sus sistemas, son el reflejo de un proceso físico de oscilación de la energía a una determinada frecuencia, y que probablemente tenemos tantas células como soles tiene este universo, pues somos un reflejo hologramado del mismo.

A cada segundo soy bombardeado por partículas de alta energía venidas de las profundidades abisales del cosmos, que me atraviesan de lado a lado, sin tocar el menor núcleo atómico”*. Somos nubes de energía en interrelación, y aquí, en el terreno de lo microcósmico, lo macro habita y un bigbang celular se da cada 21 días en nuestro cuerpo. Pero, ¿cómo esa fuerza activa y pasiva de la vida, en sus muertes y nacimientos, en los ciclos de cambio constante, actúa en nosotros?

No se requiere ser un estudioso de la Cábala hebrea para reconocer un símbolo bastante común para occidente: el Caduceo, símbolo hipocrático de la medicina que representa dos serpientes que envuelven de forma entrecruzada una espada. El eje de la vida antiguamente asociado a la columna vertebral, es representado aquí como una espada, de la cuál y a través de la cuál dos fuerzas opuestas y complementarias se nutren. Un principio femenino, Receptivo, y uno masculino, Activo, se encuentran para co-crear la vida. Esta visión de las polaridades es más que una cosmogonía o una narración sobre el origen de la vida. Basado en la dualidad, es la representación simbólica de una realidad palpable.

Todo proceso de creación en el universo corresponde a la integración armónica de estas dos fuerzas. Para más señas, un ejemplo básico pero sencillo, podría ser que independiente de cuál sea la relación que un ser tenga con su padre y con su madre, él es en gran medida como entidad viviente, el resultado biológico y energético de ese encuentro de polaridades.

Hay un principio Masculino y Femenino en permanente interrelación en nuestra fisiología. La medicina tradicional china y las prácticas como el Chi Kung, los llaman Vaso concepción (femenino) y Vaso gobernador (masculino); los hindúes, Ida (femenino) y Pingala (masculino). Ambos flujos de Energía Vital danzan en torno a un canal central de la vida, son las ramas abiertas, extensas y flexibles que rodean un mismo tronco, llamado  en India Shushumna, que se encuentra sobre nuestra columna vertebral.

La KUNDALINI está conformada por esta mística triada, por esta danza integradora que vitaliza e impulsa la salud de cada uno de nuestros chacras, y en el caso puntual del Reikista, facilita el flujo de KI a través de las manos, frutos expresivos del misterioso árbol de la vida.

Para todos aquellos seres que deseamos continuar potenciando nuestra capacidad como instrumentos de la vida, en un tono vibrante y melodioso de SALUD, LONGEVIDAD, ARMONÍA Y AMOR, para nosotros mismos y para el entorno, nos corresponde afinar las cuerdas – canales de energía – por los cuáles ese arrullo de la existencia fluye. En especial, aquellos Reikistas que desean iniciarse en la práctica del Nivel III y la Maestría Reiki, es esencial y gozoso aprender ejercicios básicos y prácticas meditativas que faciliten el flujo continuo y despejado a través de estos canales sagrados. Dichos canales, permiten la entrega del contenido energético de luz e información que pasan a los seres que reciben una iniciación en Reiki, o que reciben un tratamiento de imposición de manos, cuyos efectos pueden potencializarse conforme cada sanador se ocupa de sí mismo y de la fluidez emocional, mental, física y por tanto espiritual de su ser, como un canal del Amor Universal.

La energía KUNDALINI, llamada también la “enroscada” mientras no esté despierta, permanece en esa posición en nuestro coxis, en la zona sacra, cuyo nombre no es al azar y alude al poder Sagrado de la vida y del acto vital y creativo de la sexualidad; así como la potencia energética en relación con nuestros órganos sexuales. Sabemos, por el conocimiento compartido en Reiki sobre los chacras, que el centro sexual se nutre desde ese punto de energía; sin embargo, poco hablamos sobre las prácticas para activar ese punto y para que esa energía fluya de modo ascendente hasta nuestra coronilla y alimente también todos nuestros otros centros de luz, información o energía.

Emulada a una serpiente, referente que fue usado de forma engañosa y deformada por occidente y en especial por la religión, el símbolo realmente nos señala que se trata de una energía que es cambio continuo y en cuya regeneración se esconde el misterio mismo de la vida y la salud.

Todas aquellas prácticas que estimulen la flexibilidad y fortalecimiento de nuestra columna vertebral, unidas a procesos de respiración consciente (como los ejercicios de pranayama del yoga, el hatha yoga), favorecen la activación de esta energía de vida. Así como los ejercicios de visualización, en donde una imagen mental de una luz que recorre este canal de forma ascendente o circular, como lo muestras los gráficos sobre la órbita microcósmica, potencian y movilizan cualquier tipo de atascamiento o bloqueo en esta energía.

El chacra sexual, directamente asociado al centro de las relaciones (no sólo las sexuales, pero también a ellas), vibra en resonancia con el poder del chacra de la palabra, el de la COMUNICACIÓN... ¿Y cuál ha sido uno de los vehículos expresivos más contundentes de la humanidad? La danza. Ella más que la lengua y habla, nos reúne y a su vez conecta en el cuerpo esos canales de comunicación esencial de nuestra energía, de lo femenino y lo masculino, bajo un principio de fluidez. Por eso, el gran Dios Shiva de los hindúes es considerado un danzarín, pues al ritmo de su danza, la vida surge y muere.

Ese gran danzarín o esa gran danzarina, que ha sido representado también de forma andrógina, nos muestra el equilibrio de esas fuerzas en el vientre de la madre cósmica, madre vida, y nos señala como la danza es la actividad espontánea, arcaica y presente aún, más significativa, tanto por su impacto simbólico como energético a lo largo de la historia de la humanidad. 
En palabras de  coreógrafo Maurice Béjart, que habla de una visión tántrica (de unión y comunión) de la danza: “Danzar … es ante todo comunicar, unirse, reunirse, hablar al otro en las profundidades de su ser. La danza es unión, unión del hombre con el hombre, del hombre con el cosmos, del hombre con Dios”.

Danzar, es entonces otra forma gozosa y espontánea, pero no por eso menos consciente, de activar la energía alquímica de la vida, la KUNDALINI. ¿Quién no ha sentido vitalizado su cuerpo después del movimiento?, ¿máxime cuando este movimiento no es afanoso, mecánico o rígido, sino espontáneo, rítmico, acompasado a una necesidad interna? Por esto, no se trata ya de “saber bailar”, sino más bien de danzar un ritmo propio, que equilibre esas fuerzas esenciales que operan en nuestro psiquismo, y se encuentran allí no sólo en el fondo de nuestro cuerpo, también de nuestra alma para CREAR.
 
El encuentro sexual, es también un escenario de autoreconocimiento de esta energía sanadora que impulsa la vida. Dicha unión sagrada nos indica una conexión consciente entre lo masculino y femenino, en dónde el principio erótico se nutre del reconocimiento amoroso, afectivo y respetuoso del propio deseo y el propio cuerpo, como un vehículo de amor y respeto para el encuentro y el deleite con el otro.

Se trata de una sexualidad que conectada al corazón, permita el despertar de una nueva consciencia, a través del encuentro corporal, cómo un vehículo sacro de la vida y por tanto de la divinidad. Ya en otro momento, quizá en este espacio, podamos hablar de por qué ese despertar de la energía Kundalini (que es la energía de la creación, el dinamismo constante del proceso evolutivo, no sólo corporal, sino también de la consciencia viva en cada cuerpo y por tanto en cada célula), se da de manera especial a través de lo femenino, que no quiere decir sólo a través de las mujeres, pero a veces de manera muy especial y urgente a través de ellas.
 
Hablamos del despertar del femenino en la tierra, a la que a su vez, reconocemos como un planeta que por la fuerza de la naturaleza en ella y la preponderante presencia del agua, referenciamos como un planeta femenino. Hablamos de la ascensión y del despertar de un nuevo nivel de consciencia en la humanidad que genere unas relaciones nuevas, renovadas, ya no desde el ego, sino que a través de él pero impulsadas por el corazón.


Si desean conocer más acerca del maravilloso, antiguo y vigente, sacro y escondido, motor de la existencia y la salud, así como de los procesos de cambio y desprendimiento (la muerte) inherentes a la vida, los invito a la próxima CANALIZACIÓN GRUPAL, de AYMALUZ, Ángeles y Maestros de Luz, sobre Kundalini, Despertar y ascensión de la energía sexual creadora, que se realizará el próximo sábado 3 de mayo de 3 a 5 pm, en el Auditorio del Hospital General de Medellín.
Para mayor información, visita la página: www.aymaluz.net.

* Tomado del libro: Tantra, el culto de lo femenino -  André Van Lysebeth.* Los invito a consultar el libro El Reiki esencial, y toda su explicación sobre la órbita microcósmica, un mecanismo de activación de la energía Kundalini, tanto en su proceso de ascenso como de entrega y conexión con la tierra, en descenso. Importante para todo sanador y maestro Reiki.

Ana Lucia Acosta Bedoya.
Maestra y Terapeuta Reiki - AYMALUZ

Comunicadora social - periodista U. de A.
Master en Derechos Humanos U. de Alcalá - Madrid.

Doula - Org. Doula Caribe 

lunes, 14 de abril de 2014

Parpadeos de luz en los cielos del cambio

"Blanca y oscura,
impávida y mutante,
traslúcida y misteriosa,
Ella mira en silencio protector el devenir humano,
Hoy la Luna Reina, hace su danza ante el flamante Rey,
Madre y Padre conjuran amores,
renuevan antiguos votos.
Ella, con su pátina dorada, 
excitada hasta enrojecer de júbilo,
Vive su memorable encuentro,  teniendo a una joven por testigo:
La tierra, hija y madre, se alinea en amor, mientras asiste al aspecto trinitario de la vida. 
Un momento contado en parpadeos de luz,  narrado en los cielos del cambio"
Ana Lucia Acosta B.

Rostros, luces y sombras sobre la medicina del cielo:

“Existe una parcela de la medicina que ha conservado su validez durante casi 2000 años, pero que es rechazada mayoritariamente por la medicina moderna y considerada una superstición: la astromedicina o medicina astrológica. Su fundador; el médico griego y padre de la medicina Hipócrates (460-377 a. de C), partió de la base de que las estrellas y la Luna influyen en la salud de las personas. Hoy, estudios particularmente en Estados Unidos,  señalan como durante la Luna llena y la luna creciente, las personas sangran más abundantemente (Dr. Edson Andrews de la Florida), también se ha observado como los componentes químicos de la sangre que determinan la frecuencia del latido cardíaco actúan de forma diferente en las distintas fases de la luna (Dr. Harry Rounds, Wichita State University)"1. Sea que éste cambio se dé por el impacto directo de la Luna sobre nuestros fluidos corporales, o por el efecto de los cambios en el magnetismo terrestre producidos por la blanca dama, ¿cómo podríamos negar su influjo sobre nuestros estadios emocionales y los cambios que atravesamos a nivel climático, físico y psiquico?

Si te has preguntado por el REIKI, has recibido REIKI, eres un REIKISTA, incluso si no lo eres, y buscas  un soporte espiritual, emocional incluso intelectual, complementario a la visión tradicional de la vida y la salud, probablemente reconozcas que el Sol es más que una masa de gases a temperaturas inimaginables, que lleva ya una larga temporada de tormentas, que al parecer "atormentan" nuestros radares, telecomunicaciones y la calidad y calidez del clima terrestre. Quizá te hayas preguntado, cómo a través de las estrellas, soles y lunas,  es probable que emane una vibración de impulso y apoyo, proveniente de una fuente mayor de energía, y que por tanto, de estos astros recibamos mucho más que luz y calor.

                                        
 Sol en el cenit, lunes 7 de abril de 2014 - Medellín - Colombia


"La luna entre dragones de nubes. Antes del eclipse, noche del lunes 14 de abril de 2014"

Asistimos en vivo y en directo a acontecimientos que activan memorias colectivas de cataclismos, paroxismos colectivos, ismos, y sismos, que en últimas hablan de MOVIMIENTOS, CAMBIOS, TRANSICIONES. Viejas narraciones de una temida "Apocalipsis", almacenada cripticamente en un texto cuyo nombre también fue el Libro de las Revelaciones. 

¿Qué nos revela el cielo hoy? ¿Cómo correr los velos en la cotidianidad de este presente? ¿Qué hay detrás de la naturaleza en su canto o gemido? ¿Algo vocifera el cambio climático?  ¿Qué es lo que nos invita a mirar el firmamento en medio de las transformaciones profundas no sólo en la faz de la tierra, sino también en el rostro del alma y del cuerpo? ¿Cómo cambia nuestro gesto vital ante la urgencia de una llamada enfermedad, duelo, anhelo, sueño? ¿Cómo se nos eclipsa o  ilumina la mirada, reflejo del Ser y su trasegar? ¿Qué tanto nos hace parpadear una crisis vital  para esclarecer la mirada sobre eso que llamamos AMOR?




Poco a poco  descubrimos la necesidad de darle una revisión al cariz de la salud del alma y del cuerpo, a la máscara (persona) o vestido del EGO en nuestras relaciones, a las formas, luces y sombras de nuestro proceso de EVOLUCIÓN FÍSICA – ESPIRITUAL.

No es al azar ni el episodio estelar que abre esta cuadratura de danzas celestes (ya se sabe que es el primero de cuatro eclipses que se darán hasta el 2015) ni el hecho de que se produzca en el escenario de lo que a un nivel colectivo- religioso, es un momento de transmutación, limpieza, pasión - revisión, resurrección, esto como lo concebido dentro del horizonte cristiano, pero que va más allá de la era cristiana, y que tiene que ver también con ritualizar la vida  desde la COSECHA y el florecimiento de la PRIMAVERA,  como metáfora de un despertar y un florecer espiritual. Una mirada al tema es también la percepción de que se trata antesala del nacimiento de una consciencia crística en el cuerpo-humanidad, de un llamado a VIVIR desde el corazón en su sentido más puro, prístino, cristalino..

Y esta sagrada semana, más allá de la confesión religiosa que practiques,  se ha dispuesto para el proceso de asimilación, de una vibración de impulso cada día. Para esto, el domingo (de ramos) se abrió en receptividad para conectarnos con la tierra, sus elementales vegetales, minerales, animales (rayo rojo rubí); El lunes, bastante lunar, nos facilitó el fluir con las aguas de la vida, las lágrimas, la fuerza del conocimiento cifrado en lo inconsciente, lo femenino, lo materno (rayo naranja); Se nos da un martes, para armonizar con el fuego solar de la creación, la voluntad, la depuración del poder emocional, la relación con el padre y lo masculino (rayo amarillo), un miércoles, para conectar con el hermético y alquímico poder del corazón y sus secretos, sanando sus heridas y reconociendo sus potenciales (rayo verde-rosa), un jueves, para afinar la voz, neutralizar de ardores la palabra para que crear en libertad y paz con los seres que nos rodean (rayo azul), un viernes para celebrar, compartir las viandas del amor, la abundancia de una mesa servida para el corazón en renovación, transformando nuestra visión de la vida (rayo magenta), un sábado para trascender, soltar, en el blanco infinito de un camino libre de aquello que es necesario dejar ir, morir, liberar (rayo blanco)

Por último un domingo, iridiscente, multicolor, un relato vivo de que es posible nacer, morir y volver a nacer de múltiples formas mientras transitamos la existencia presente, el presente en  su sentido humano y divino, del modo en el que el amado maestro Jesús lo señala con su ofrenda de amor incondicional para humanidad. (Este recuento de los días de la semana santa, surge a partir de lo sugerido en la Canalización Arcángel Chamuel sobre este tema–  a través de Ana María Arbelaez, canal de AYMALUZ- Ángeles y Maestros de luz)

Esta noche, bajo el influjo fresco de este eclipse, quiero invitarlos a mirar el firmamento para maravillarnos, inspirarnos, alimentarnos de luz, de prana, de KI, de esta energía vital proveniente del cosmos, que nos está ofreciendo también su aliento – alimento, en estos tiempos en donde conviene respirar, y con los pies firmes en tierra, mirar al cielo, y reconocernos parte de un todo mayor, sin velos, sin miedos, sin tabúes, sin fanatismos, en sana reverencia por estar plantados en la madre tierra, ante el acontecimiento cósmico de la vida, que fluye no sólo en GAIA, también a través y alrededor de ella.


Siempre el camino, conviene de tanto en tanto, levantar el rostro y mirar el cielo.


1. Nota al pie: HERMANN, Thea. El oráculo de la luna, el poder oculto de lo femenino. Ed. Tabla de Esmeralda.

Ana Lucia Acosta Bedoya.
Maestra y Terapeuta Reiki - AYMALUZ
Comunicadora social - periodista U. de A.
Master en Derechos Humanos U. de Alcalá - Madrid.

Doula - Org. Doula Caribe