jueves, 16 de enero de 2020

La casa espejo: La diferencia entre entender e incorporar


Todo aquel, que como yo, se dedique con frecuencia a las labores domésticas, sabrá lo rápido que puede desaparecer la limpia faz del suelo recién trapeado o la cocina impoluta con el último traste lavado. Ordenar la casa, limpiar, asear, despejar un escritorio, vaciar un closet, son verbos que de sólo pensarlos a algunos los dejan cansados, mientras que otros se sentirán motivados e inspirados para "empezar", a veces con el vano afán de la gloria protectora de la asepsia, a veces con la certeza del grato sabor de la armonía.
Sin embargo, el mensaje es claro para los unos como para los otros, no por mucho limpiar ese orden aparente prevalece o permanece. Esto me trae la imagen tan estereotipada de lo que algunos consideran es el éxito espiritual y la diferencia entre entender e incorporar.
Puedes entender el origen de tu malestar, puedes despejar el lugar mental donde aparecía una gran duda acerca del por qué o el para qué de lo que te ocurre, a nivel afectivo, económico o físico. Sin embargo, entenderlo no impedirá que la brisa del miedo, la paveza de polvo de la incertidumbre, la herrumbre del pánico, el hollín de la duda o la tristeza, aparezcan, a veces para quedarse unos días o mucho tiempo, empañando las ventanas, ensuciando el parquet, entrando intrusivamente por el dintel de las puertas que parecían cerradas.
¿POR QUÉ? Porque el objetivo profundo de limpiar no es evitar el mugre, es aprender a relacionarte con él. Dejarlo estar en la medida de tus posibilidades de movimiento y creación. Estar atentos a que no se te olvide el bienestar del espacio ventilado, despejado, vitalizado en medio del peso de "una acumulación de excesos, trastos, objetos no atendidos".
Por tanto, puedes entender algo sobre tu vida, sentir ese click de alivio frente a lo que te ocurre hoy, sin embargo, solo habrás incorporado - hecho cuerpo - ese entendimiento y la pretendida sanación, cuando amorosamente y sin prisa, puedas relacionarte con el cambio frecuente, y la intima relación entre eso que ensombrece y la luz que aclara y alivia en medio de la limpieza de tu hogar interno. Pon atención al afán con el que pretendes la limpieza de ti mismo, el anhelado orden, podrás estar cansado antes de haber comenzado a relacionarte con fluidez contigo mismo, con el cambiante ritmo con el que el orden se abre paso en nuestras vidas. Incorporar entonces es salir de la ilusión del orden aparente, ese orden estático, y aceptar el orden que permanece y palpita detrás del caos, gracias al cambio.
El que entiende puede que haga un buen aseo, pero sólo habrá asimilado o incorporado lo que entiende, hasta que se haya liberado del rechazo constante hacia aquello que le "ensucia" de tanto en tanto el lente de la percepción.
Hoy, suelta la escoba de la prisa, el ritual del día, las 2 horas en el gym, ensuciate y salpícate de lentitud. NO HAY PRISA en el camino espiritual, si la hay, puedes estar preso de una ilusión más. En el año de la rata de metal (para la tradición China), hagámoslo como el topo, como la rata, atentos a los detalles, l e n t a- mente, esta será la clave de la constancia, así saborearás el fruto de la esperanza.

Ana Lucia Acosta Bedoya
Unpuentereiki

martes, 14 de enero de 2020

Green Tara, la dulzura exorcizadora




En días donde el ánimo puede estar a la defensiva, en un movimiento automático de supervivencia dadas las condiciones globales y locales de conflicto social, político, ambiental, humano,  es fácil notar como en el individuo, toman protagonismo la reactividad emocional, un sistema nervioso vigilante, un cansancio físico extremo asociado a la depuración del miedo en el inconsciente personal y colectivo. Lo que en últimas es todo un exorcismo mental y físico de nuestras creencias y vivencias en relación con la MUERTE, con los finales y por tanto con la duda frente a nuestra capacidad para emprender algo NUEVO. 

En este 2020 y bajo la luz de los cambios inminentes externos e internos, afectivos, económicos, creativos, se abren memorias que nos muestran los recodos de nuestra personalidad que aún vibran en dolor y resistencia (oposición) al movimiento en nuestros cuerpos.

Quizá por esto, la Diosa budista de la compasión y la liberación "me hizo un guiño" esta mañana para recordarla.

Un mantra es un conjunto de sílabas, fonemas o palabras, que tienen una vibración particular y por tanto un efecto sobre nuestra psique y sobre nuestro cuerpo. Etimológicamente la palabra mantra significa "Instrumento mental". 

El mantra asociado a la Diosa TARA VERDE, verde por el color de su piel que conecta la conciliación, la sanación y la vitalidad para los budistas, se emplea para enfrentar el miedo y la inseguridad frente a factores externos, como los que vivimos actualmente como país y como humanidad, así como para enfrentar con amor los desafíos internos, asociados a experiencias del pasado que nos ubican en posición de enojo, angustia, envidia, ansiedad, sensación de carencia o riesgo.

Este es el Mantra cuya función terapéutica es propiciar estados de relajación y paz con un profundo efecto liberador y protector.


OM TARE TUTTARE TURE SOHÁ

Om: Mantra universal asociado a la integración del cuerpo y la mente, personalidad y espíritu, tierra, cielo.
Tare: Conecta la liberación de los sufrimientos y sentimientos más densos para transmutarlos en entendimiento.
Tuttare: Representa una protección frente a las amenazas tanto externas como internas.
Ture: Vibración de protección del cuerpo ante la enfermedad física, también conocida como palabra generadora de paz.
Sohá: Representa una acción a largo plazo de protección constante.

¿Cómo usar el mantra? Una sencilla meditación

*Busca un lugar tranquilo
*Cierra los ojos y respira de forma acompasada, haciendo una pequeña pausa entre la inhalación y la exhalación.
*Trae a tu mente la situación que te genera tensión, miedo o ansiedad.
*Pide que tu Espíritu guíe a tu personalidad y visualiza una luz verde esmeralda en tu corazón.
*Pronuncia en voz alta, 7 veces este mantra, haciendo una pausa para inhalar y exhalar conscientemente entre las repeticiones.
Agradece en confianza pues esta vibración sanadora ya está obrando y puede traer a ti los niveles de energía y claridad necesarios.

Cuando veo el rostro de esta hermosa manifestación budista del femenino sagrado, recuerdo el mensaje que ha llegado esta semana a través de las señales de la naturaleza: Los demonios del miedo y el pánico, sólo pueden ser aniquilados por la dulzura que integra, concilia y reúne un amor suficiente para entrar en ACEPTACIÓN de aquello que no está en nuestras manos, ni corresponde al PRESENTE. De este sentimiento surge un silencio elocuente y una acción pertinente, que trascienden la reactividad y la extrema defensividad de los "incendios" sociales, políticos, ambientales, en últimas, los incendios relacionales en los que nos estamos cocinando. Que de la cocción de estos tiempos surja la identidad renovada. ¡Que así sea!



Ana Lucia Acosta B.
Maestra y terapeuta Reiki