lunes, 11 de octubre de 2010

Reiki es vínculo y memoria


... es recuerdo
Entender la vida como la manifestación material de un amor insondable es algo que suele escapar a la razón. A menudo estamos desconectados o mejor, conectados con una rutina lo bastante humana como para entrar en olvidos, olvidamos descansar, respirar, mirar a los ojos, volver a respirar para hablar, olvidamos en el trabajo lo que significa una labor y a menudo también olvidamos incluso al amor mientras amamos.
De muchas maneras hemos borrado el recuerdo del silencio, eliminado la nitidez de las imágenes que vienen desde adentro en medio de un sueño lúcido, de una meditación o de la contemplación de la naturaleza. Hoy se me ocurre que el REIKI recibe ese nombre no sólo por unir esos dos vocablos japoneses, REI: energía universal y  KI: energía vital, sino también porque el REIKI aviva el REcuerdo de lo que en esencia somos y de lo que KIere la vida misma SER a través de nosotros (SER sin mayores pretensiones, mucho menos ortográficas)

Este blog es una invitación a RECORDAR, a recobrar la memoria acerca de  un sistema de sanación tan antigüo como la misma humanidad, una humanidad más antigüa que cualquier historiografía posible, pues hay una escritura, un relato de la historia que no emplea papel, hay imágenes grabadas en nuestras células, en el registro de una génetica encriptada y mágica que apenas nos aproximamos a descubrir.

A través de este espacio conjuro el RECUERDO de lo que soy en esencia y de la esencia pura que he visto en cada uno de lo seres con los que me he REENCONTRADO en la experiencia del REIKI y por esto he decidido avivar la sorpresa del descubrimiento posible en cada toque amoroso de las manos del reikista, de la madre, del niño, del amante, de todos y cada uno de nosotros.
Abro entonces este portal de comunicación pues no hay sistema posible de sanación si no COMUNICA, sino une, sino es puente, lazo, tejido o red.

Como diría Cerati, en la dulce bocanada de inspiración del músico: "usa el amor, como un puente" esto también es REIKI.

jueves, 7 de octubre de 2010

Memorias de un reikista

Reiki es amor. Es lo primero y tal vez lo último que hay que decir sobre esta maravillosa experiencia de sentir como la energía vital del universo fluye a través de nuestras manos, sanando y sanándonos. Al principio, sólo sentirlo es diferente. Recuerdo la primera vez, hace ya más de tres años, cuando inquieto e ingenuo asistí a una cita con una bioenergética recomendada por una amiga. Luego de conversar un rato me angustia se disipaba recostado en una camilla visualizando una luz violeta. ¡Qué sensación! Sin embargo, la paz y alivio que sentí ese día, pronto se disolvió de nuevo en las rutinas del trabajo. Afortunadamente hace ya casi dos años me reencontré con quien hoy es mi maestra, compañera y amiga: Ana Lucía. Con ella descubrí de que se trató todo aquella tarde de respiro en medio de la intensa marea que había sido mi vida hasta entonces. A pesar de ello, todos nos resistimos al principio. En ese entonces pensaba que  sería sólo "objeto de reiki" y que me bastaba con tumbarme ante el alivio que me entregaba una sección. ¡Qué ingenuo otra vez! Pronto me dí cuenta que esa energía que empieza a fluir a través de nosotros es como un caudal al que no podemos resistirnos. Es, sin mentir, como viajar por fin con la corriente, no contra ella. Reiki es y ha sido para mí una sola cosa: amor, puro amor (eso significa por supuesto, muchas cosas a la vez). Aún tengo mucho por aprender y más por desaprender. Ya no me molesta ser aquel ingenuo y por el contrario, trato de traer esa ingenuidad todos los días a mi vida. Ella está llena de curiosidad y con esa curiosidad, encontré lo que en mi vida faltaba.