viernes, 6 de septiembre de 2013

INVITACIÓN NIVEL III de Reiki - Maestría

Gracias por continuar extendiendo en amor y claridad esa posibiilidad de servir como canales de luz a través del Reiki, sirviendo de puentes cada vez más conscientes entre la Energía Universal y nuestra Energía vital.

Es un placer para mi, invitarlos e invitarlas a participar en el Tercer Nivel y Maestría Reiki, un curso para recibir la información sobre la totalidad de los símbolos del Reiki, así como un entrenamiento básico para pasar los alineamientos a otras personas. Sea que te dediques o no al proceso de instrucción del Reiki, el Nivel III, te ofrece un proceso de consolidación, impuslo y renovación de tu energía sanadora.

EL CIERRE DE UN BELLO CICLO, EL INICIO DE OTRO ...
La evolución espiritual, como el Reiki mismo, al ser un proceso de sanación con un origen ancestral, anclado a las memorias de luz de nuestras células, es un COTINUO APRENDIZAJE, enriquecido en el día a día por la intuición y las disciplinas de sanación que lo complementan: el apoyo con la gemoterapia, el conocimiento y uso respetuoso del mundo elemental, expresado en vegetales, animales y minerales, las prácticas corporales como el yoga y la danza consciente, la reflexoterapia y el masaje, y el uso sagrado y creativo de la palabra y la oración, en fin, un sin número de ejercicios del alma, que nutren y pulen, nuestro cuerpo y personalidad humana, como el principal recipiente de esa energía de Amor que transmitimos con el Reiki.

Esta es pues una invitación a avanzar un peldaño en el crecimiento individual en apoyo al crecimiento colectivo, planetario.

Gracias por asistir de formas tan gratas y amorosas a sus propios procesos de empoderamiento.  

miércoles, 3 de abril de 2013

Retomando ... ¿Qué es el Reiki?


el reiki es vínculo y memoria



 “Entender la vida como la manifestación material de un amor insondable es algo que suele escapar a la razón. A menudo estamos desconectados o mejor, conectados con una rutina lo bastante humana como para entrar en olvidos, olvidamos descansar, respirar, mirar a los ojos, volver a respirar para hablar, olvidamos en el trabajo lo que significa una labor y a menudo también olvidamos incluso el amor mientras amamos"


¿Qué es el REIKI?


De muchas maneras hemos borrado el recuerdo del silencio, hemos eliminado la nitidez de las imágenes que vienen desde adentro en medio de un sueño lúcido, de una meditación o de la contemplación de la naturaleza. 

Hoy se me ocurre que el REIKI recibe ese nombre no sólo por unir esos dos vocablos japoneses REI: energía universal y  KI: energía vital, sino también porque el REIKI aviva el REcuerdo de lo que en esencia somos y de lo que KIere la vida misma SER a través de nosotros (SER sin mayores pretensiones, mucho menos ortográficas).

Encontramos entonces que REIKI es recobrar la memoria acerca de  un sistema de sanación tan antiguo como la misma humanidad, una humanidad más antigua que cualquier historiografía posible, pues hay una escritura, un relato de la historia que no emplea papel, hay imágenes grabadas en nuestras células, en el registro de una genética encriptada y mágica que apenas nos aproximamos a descubrir.

Cruzando ya ese gran umbral del 2012 y de cara a los años venideros, sintiendo en la frente la brisa misteriosa de unos tiempos de renovación profunda, aparece una pregunta: ¿Cómo puedo ser un canal de AMOR y EQUILIBRIO ante el vertiginoso cambio planetario?

Nuestras manos expresan de forma holográfica la totalidad, cada uno de nuestros dedos es resonante con un elemento de la naturaleza, agua (meñique), tierra (anular), eter – espíritu (corazón), aire (índice), fuego (pulgar), nuestras manos como flores desplegadas de las ramas de un árbol llamado corazón, son recipiente y fuente a la vez de la totalidad que nos habita, son por lo tanto un instrumento de sanación invaluable al servicio individual y colectivo.

De forma clara y amorosa lo expresa el Arcángel Chamuel, en la canalización Manos creadoras, manos sanadoras señalando que: cuando como especie decidimos erguirnos sobre nuestros pies, elegimos permanecer conectados a la tierra y a la vez decidimos alcanzar a través de nuestras manos niveles superiores, lo que implicó un cambio tanto físico como energético. Nuestras manos ya no proyectan garras para arañar o defender, nuestras manos se hicieron para establecer procesos cada vez más armónicos, manos para acariciar, sanar, acoger y servir.

El acto reflejo de tocarnos tan pronto sentimos una parte de nuestro cuerpo adolorida, así como la caricia cálida de la madre ante el dolor de su hijo, resultan señales inequívocas de un gesto aliviante por naturaleza, el gesto de entrar en con-tacto con nosotros mismos o con el otro. Nuestras manos son por lo tanto, portales de acción infinita asociados a múltiples sistemas de sanación, y es el REIKI quizá uno de los más sencillos y profundos que existe.

Unidos por una misma fuente de energía
A través de nuestras manos fluye un torrente de luz y energía que corresponde al flujo vital que sustenta el universo, presente en toda criatura viviente. Ese flujo de energía vital ha sido nombrado de diversas maneras por el ser humano: KI para los japoneses, PRANA para los hindúes,  CHI para los chinos, BARAKA para las comunidades islámicas, NIGA para nuestros Tule – Kuna, lo que señala en definitiva, que independiente de la cultura y su cosmogonía, la humanidad ha identificado siempre una fuerza universal que late en toda criatura.
A finales del siglo XIX el sacerdote y médico japonés Mikao Usui inició un camino por la recuperación de una práctica tan antigua como la misma humanidad, el conocimiento ancestral de sanar con las manos al que llamaría REIKI, cuyo nombre indica el puente que tiende el amor entre la energía universal y la energía vital de cada ser con un propósito curativo.

Recibir una sesión de Reiki es disponer el cuerpo físico y su aspecto energético a un proceso de conexión directa con la fuente suprema de energía, lo que reverbera a nivel celular, en tejidos, órganos y sistemas, movilizando en el plano emocional, mental y espiritual aquellos aspectos de la persona en los que reside la causa-motor de la  enfermedad o de cualquier trastorno a nivel de las relaciones humanas, a nivel afectivo, laboral o familiar.

La iniciación en Reiki ¿Qué es y cuáles son sus beneficios?
Tras el proceso de iniciación el Ser experimenta un contacto más diáfano y directo con sus guías espirituales, ángeles y maestros de luz, y en especial, con el maestro interno, ese Ser superior que posee la información divina que cada uno requiere en cada momento de su existencia.

Por esto llamamos a la iniciación en REIKI un proceso de SINTONIZACIÓN, pues es la posibilidad de entrar en sintonía con el canto divino que aviva nuestra existencia y las coordenadas de acción y creación presentes en nuestras células. Es por tanto una herramienta para equilibrar nuestra bioenergía en medio del ritmo acelerado de la vida moderna, una posibilidad de avivar nuestra intuición y conexión con los seres de luz que nos asisten, una vía directa para sanar el corazón, y expandir el poder sanador del amor a todos los niveles de nuestra vida.

En el primer nivel de Reiki, el ser da inicio al proceso de reconocimiento del propio poder sanador y obtiene un potencial energético que le permite autocuidarse y autoestimular los cambios vitales para su evolución.

En un segundo nivel se ofrece la exploración y conocimiento de algunos de los símbolos del Reiki, lo que permite la activación de una mayor frecuencia vibracional para las sesiones de sanación, además de una limpieza más profunda de los niveles mentales y emocionales asociados a cualquier dificultad en la vida, por otro lado, el iniciado recibe además un entrenamiento para hacer Reiki a distancia, es decir realizar una terapia a aquellos seres que no se encuentran en un plano físico con nosotros, con la posibilidad también de mover en el tiempo esa energía sanadora y dirigirla hacia procesos pasados o futuros que deban ser sanados o proyectados de formas más positivas.

Por último, en el tercer nivel, el iniciado interesado en compartir esta información con otros, recibe un entrenamiento para pasar los alineamientos a aquellos que quieran comenzar un proceso con esta bella herramienta, es decir, la persona con un tercer nivel estará en disposición de realizar el proceso de sintonización en otros seres, cabe señalar que independiente de que la persona se dedique a esta labor o no, en esta fase del entrenamiento el iniciado conocerá y recibirá en su campo aúrico los símbolos Reiki que facilitan una conexión a un nivel más profundo, a un nivel espiritual, abriendo un camino para la recepción y transmisión de una mayor energía e información curativa.[1]

Las iniciaciones en los niveles, I, II  y III de Reiki, son experiencias de elevación a nivel vibracional que traen en consecuencia cambios profundos en la vida de los seres, entre los señalados ya, el despertar de dones del alma. Grandes canales psicográficos (seres que expresan mensajes del orden espiritual a través de la escritura) así como seres que canalizan a través de la palabra hablada, han dado inicio a su misión una vez fueron iniciados en Reiki, sanadores con el don del consejo, la clarividencia o la clariaudiencia, han despertado sus antiguos potenciales a través de la práctica de la terapia Reiki.

 La Ascensión es SANACIÓN, una SANA ACCIÓN INTEGRADORA.
A nivel celular, la raza humana percibe, narra, contiene el recorrido evolutivo de toda la historia de la humanidad, caminamos hacia la expresión plena de la CONSCIENCIA como integración del alma y el cuerpo, de lo inconciente y lo conciente, del femenino y el masculino, de nuestra luz y nuestra sombra, y esto también yace en nuestras manos, por tanto son ellas portales preciosos de expresión de la evolución humana en su dimensión física y espiritual.

Las consabidas dos hélices del ADN humano, son sólo la expresión reconocida y avalada por la ciencia de un material inconmensurable del que sólo conocemos un 5%, que es el que codifica y reproduce proteínas, el 95% restante es llamado ADN durmiente (o inútil) sin embargo, grandes científicos (Daniel Winter), trabajadores de la luz y buscadores espirituales han logrado reconocer con humildad la vastedad del universo de nuestro genoma, incluso algunos hablan de la existencia de 12 hilos, 12 capas de información que contienen los potenciales biológicos, los dones espirituales, el poder esencial de la divinidad para decodificar y reprogramar tanto las enfermedades así como los karmas, las improntas de dolor y los aprendizajes heredados vía el linaje biológico o vía el aprendizaje colectivo. Gran libro de infinitas páginas es nuestro material genético que no sólo define nuestros rasgos físicos, en realidad contiene incluso pasado, presente y futuro como un potencial de la creatividad divina que habita en cada ser.

Los 10 dedos de nuestras manos, son el relato de esos diez hilos de información por activar y redescubrir en este proceso de Ascensión, que no es más que un proceso de COHESIÓN, de INTEGRACIÓN del ser humano y todas sus dimensiones de luz para ejercer una misión más plena y gozosa aquí en la tierra”.

Por:
Ana Lucia Acosta Bedoya - Texto tomado del Libro “Amor y sabiduría de los Ángeles y Maestros de Luz”


[1] En ciertas Escuelas  la instrucción del Tercer nivel se divide en dos, conformando un entrenamiento de 4 niveles. La información que ofrecemos retoma los conceptos básicos de la tradición Usui y los integra a los planteamientos de la Maestra Diane Stein y su legado del Reiki Esencial.

martes, 19 de marzo de 2013


           LA MAESTRÍA REIKI, un encuentro para sanar tus propias heridas

Cada vez que inicio a alguien en Reiki, se trate de un primer, segundo o tercer nivel, corroboro la dimensión que tiene esta labor. Escuchar historias acerca de cómo cambia la vida de las personas una vez entran en contacto con la energía crística, la fuerza del corazón, es entender que para el Maestro Reiki el nivel de refinamiento y nutrición espiritual debe ser constante, pues el reto es encontrar lo genuino, la luz de la consciencia en cada momento de sanación.

A través del Reiki, recordamos el regalo de sanar al extraerlo de un lugar de la memoria, en donde la incondicionalidad del amor y la entrega nos permitieron, desde tiempos inmemoriales, aliviar tanto el cuerpo como el alma. Sin embargo, también se hace evidente, cómo un día, la historia movió el péndulo al ritmo de la dualidad y las fuerzas cocreadores de la vida, y la expresión humana de esa fuerza masculina y femenina, entró en rivalidad y opresión, dentro y fuera de nosotros. Y fue allí, cuando equiparamos el DAR con abnegación, con sacrificio y negación de nuestra esencia, y el DAR, ese aspecto esencial de la naturaleza de lo femenino que podría expresarse de manera especial en las mujeres, se volvió carga histórica, familiar, cultural.

Podríamos decir que fue en ese momento, cuando para el hombre y la mujer sanadores, y en especial cuando para la mujer, la madre, buscar ascender en términos espirituales, implicó una trampa de esfuerzos interminables por los otros, creyendo que sanar, “salvar” “redimir” a otros, era algo que estaba en “sus manos”. 

Y entregamos cuerpo y alma, y como madres, mujeres, hijas, hermanas, o como hombres de gran corazón, perdimos el límite entre ayudar a los seres amados y servir de impulso liberador para que CADA UNO hiciera lo que le correspondiera en consciencia, y de acuerdo a sus posibilidades evolutivas.

¿A qué viene todo esto? Has escuchado la expresión “Médico cúrate a ti mismo” Llegar al tercer nivel del Reiki, es asumir de nuevo y de manera especial, aquello que desde el primer nivel has escuchado y que en esta parte del camino ya no puedes ignorar, y es: La primera responsabilidad es contigo mismo, contigo misma.

Los médicos también enferman, y los sanadores, si bien todos los seres humanos tenemos ese potencial divino, me refiero a aquellos que se acercan de forma consciente a la sanación, también se afectan emocional y físicamente. "Enfermamos", porque somos humanos en un proceso de evolución y conexión, y casi siempre toda esa trayectoria espiritual que ha determinado no  sólo nuestros intereses, nuestro cuerpo, también ha definido un camino especial para expresar esa tarea. Y gran parte de esas características, que son potenciales, dones y atributos, están directamente ligadas a las heridas que en el alma y en el cuerpo traemos como sanadores. No te asustes al sorprenderte como una mujer que fue violentada sexualmente, pueda tener intrínseco el don de activar el poder depurador y restaurador en el centro sexual tanto de ella misma como de otros seres.

Sin embargo, dicha sanadora primero se verá cara a cara, una y otra vez, con su dolor, con la fuerza de su herida, con lo que el cuerpo y el alma, a manera de síntoma le expresan, pues la mente y la emoción liberan y señalan a través del cuerpo qué está pendiente por trabajar. Entonces, en la tarea con los otros, esta sanadora entenderá el valor de TRASCENDER, DEPURAR y TRANSMUTAR sus propias heridas, pues es allí dónde está su mayor potencial y poder. DAR en libertad a otros será una expresión más plena y gratificante en la medida en que se haga cargo de sí misma.

Por tanto, un sanador, un reikista, o en tu caso: un MAESTRO REIKI, una MAESTRA REIKI, es quién asume que el poder esencial de la sanación está en el amor a sí mismo, que cuando te pones en el lugar privilegiado e inmensamente generoso del amor incondicional, te abrigas, te apoyas, buscas el origen de tu desazón, entonces limpias el recipiente a través del cual la energía del Reiki fluye para otros, en una sesión, al momento de pasar los alineamientos a otros o simplemente en tu presencia. Porque empezarás a notar cada vez más, como para muchos seres el simple hecho de conocerte representará un encuentro movilizador con su propia luz.

Y sí, claro que podemos ayudar a cambiar la vida de los otros, claro que sí, porque cuando decidimos iniciarnos en Reiki, decidimos cambiar nuestra vida, y como el cambio se está dando adentro se seguirá dando afuera, sin embargo, LIBÉRATE DEL RESULTADO. Tu responsabilidad, empieza siendo un canal de expresión de la vida y termina siendo un canal de expresión de la vida. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE SALVAR O SANAR A OTROS, pues eso se dará de forma natural, en la medida en que CENTRES LA RESPONSABILIDADES DE TU EXISTENCIA en tu felicidad, no en la felicidad de los demás.

Ya es lo suficientemente feliz poder servir, no te esclavices a la espera de un resultado específico. Aprende por tanto, a observar en las demandas y solicitudes de los otros un anhelo sagrado, una búsqueda, pero identifica también cuándo es a ti, a quien le corresponde guiar, acompañar o servir de canal para ello y cuando no. Para esto, identifica el momento, identifica cómo te sientes, qué te estás dando a ti mismo, a ti misma, a tu cuerpo, en descanso y alimento, en amor y armonía, y a partir de esto decide.

No quiero decir que primero debamos alcanzar la ascensión para luego compartir con los otros y ayudarlos, lo que este mensaje te invita a reflexionar es que HOY la Madre Tierra, como consciencia femenina, nos dice: “Basta de permitir la fuga de tus reservas de amor y energía en nombre del amor a otros, ámate a ti mismo, pues tu eres lo suficientemente sagrado, sagrada, para ser preservado. Recuerda el equilibrio amoroso entre el dar a otros y el darte a ti mismo. Mira lo que sucede en un planeta en donde en nombre del progreso y la preservación de la raza humana, los excesos llegan a la depredación de la energía sanadora de la madre, mi energía, tu energía, la energía de la vida”.

Que el ejercicio de la MAESTRÍA REIKI te ponga en el lugar de tu más apreciado discípulo y te permitas redescubrir en ti y tus heridas, el tamaño de tus dones, encárgate de aquello que te duele, y así dar a otros será simplemente un asunto de caminar, de acompañarlos, de respirar junto con ellos. Esto es Reiki, un puente hacia la expresión plena de tu propio ser, un puente a ti mismo.
Con amor y gratitud,

Ana Lucia Acosta Bedoya
Maestra Reiki
Aymaluz "Una misión de amor, al servicio de la luz"
Comunicadora Social - Periodista U de A
Master en Derechos Humanos U de Alcalá - Madrid