“La creación actúa aquí y ahora, la energía creadora
que suscita el universo está realmente presente en todo el cosmos, por tanto en
mi cuerpo, en mi cerebro, en mis células. Las fuerzas cósmicas que hacen
evolucionar la vida según las circunstancias locales, cambiantes, están
presentes aquí mismo y yo no soy distinto de ellas. A cada instante de mi vida
una fuerza misteriosa crea mi propio cuerpo y es la misma que crea el universo:
es también Kundalini” Tantra, el culto de lo femenino –
André Van
Lysebeth
Kundalini, esta palabra mítica, mágica, secreta, ¿compleja?,
ha sido emparentada tanto con el despertar espiritual y la expresión máxima de
los dones del alma, como con el bienestar corporal, en términos del placer, la
salud y la longevidad, así como con la sexualidad.
Hablar de ella, sin caer en ciertos “tecnicismos” en el
lenguaje, es casi un reto. Podríamos simplemente referirnos al fulgor de los ojos de una mujer sana-vital, o al rubor en las mejillas
de los amantes. Podríamos hasta hablar de la clarividencia y del éxtasis de
ciertos estados alterados de consciencia. También podríamos escribir un tratado sobre el valor
de la respiración y el poder de la longevidad, que reconoce el rito sagrado y
silencioso de la renovación celular. Podríamos hacer poesía sobre el arte de amar y los placeres sagrados del cuerpo como vehículo del espíritu, o narrar la capacidad de creación y materialización que entraña el pensamiento y
la acción de un ser que ha despertado todos sus niveles y dimensiones de
energía, desde la raíz energética de la vida.
Sin embargo, todo ello sería grato, pero quizá también vago y
disperso, mucho más cuando se trata de la necesidad de mirar de frente, a los ojos, a
esa corriente central de energía que alimenta la vida.
El Reiki y la energía Kundalini
"El Reiki es también una práctica Kundalini". ¿Qué habrá
querido decir Diane Stein cuando en su libro: El Reiki esencial, expresa esto?
El Reiki es una práctica de sanación ancestral, que moviliza, se nutre y
entrega luz, amor o información sanadora, a partir del principal motor del
energía vital que tiene nuestro cuerpo: La energía KUNDALINI.
Ser un canal, en purificación y perfeccionamiento, de la
Energía Universal al servicio de la Energía Vital de cualquier organismo, es
decir, hacer REIKI y ser REIKI, implica conectar cielo y tierra para facilitar
el flujo de Amor Universal a través de nuestras manos. Ya sabemos que podemos discurrir sobre ese insumo
esencial de la vida, y referirnos a esa sustancia creadora como Chi (China), Ki (Japón) o
Prana (India); incluso como luz o información divina. Pero ya no basta referirnos
a ella, nombrarla o hablar de ella; conforme avanza el camino del Reikista (o
del sanador, en esencia del SER HUMANO), es necesario vivirla y sentirla.
Es importante, por tanto, conocer esas rutas sagradas en nuestro cuerpo, por
las cuáles actúa y se mueve esa energía
de VIDA que ha dado origen al Universo y todos sus movimientos. Esto es
profundamente revelador y de gran impulso en el camino de
auto-reconocimiento como seres humanos canales de sanación, canales de una
energía mayor, canales conscientes de la
energía divina que palpita en cada recodo de la creación.
Antigua y siempre nueva, Kundalini:
Prácticas milenarias como Chi Kung, (Qi Gong-japón), el
Kundalini Yoga, filosofías antiguas como el Tantra (que lejos de ser una
religión, es una doctrina cuyo nombre traduce “entramado o tejido” y que reconoce el universo como un tejido en
donde todo se sostiene y todo actúa sobre todo), nos ponen de cara ante el
valor de aceptar que cómo es arriba es abajo, que nuestro cuerpo físico, y
todos sus sistemas, son el reflejo de un proceso físico de oscilación de la
energía a una determinada frecuencia, y que probablemente tenemos tantas células como soles tiene este universo, pues somos un reflejo hologramado del mismo.
“A cada segundo soy bombardeado por partículas de alta
energía venidas de las profundidades abisales del cosmos, que me atraviesan de
lado a lado, sin tocar el menor núcleo atómico”*. Somos nubes de energía en
interrelación, y aquí, en el terreno de lo microcósmico, lo macro habita y un bigbang celular se da cada 21 días en nuestro cuerpo. Pero, ¿cómo esa fuerza
activa y pasiva de la vida, en sus muertes y nacimientos, en los ciclos de
cambio constante, actúa en nosotros?
No se requiere ser un estudioso de la Cábala hebrea para
reconocer un símbolo bastante común para occidente: el Caduceo, símbolo
hipocrático de la medicina que representa dos serpientes que envuelven de forma
entrecruzada una espada. El eje de la vida antiguamente asociado a la columna
vertebral, es representado aquí como una espada, de la cuál y a través de la
cuál dos fuerzas opuestas y complementarias se nutren. Un principio femenino,
Receptivo, y uno masculino, Activo, se encuentran para co-crear la vida. Esta
visión de las polaridades es más que una cosmogonía o una narración sobre el
origen de la vida. Basado en la dualidad, es la representación simbólica de una
realidad palpable.
Todo proceso de creación en el universo corresponde a la integración
armónica de estas dos fuerzas. Para más señas, un ejemplo básico pero sencillo, podría ser que independiente de cuál sea la
relación que un ser tenga con su padre y con su madre, él es en gran medida como
entidad viviente, el resultado biológico y energético de ese encuentro de polaridades.
Hay un principio Masculino y Femenino en permanente interrelación
en nuestra fisiología. La medicina tradicional china y las prácticas como el
Chi Kung, los llaman Vaso concepción
(femenino) y Vaso gobernador
(masculino); los hindúes, Ida (femenino)
y Pingala (masculino). Ambos flujos
de Energía Vital danzan en torno a un canal central de la vida, son las ramas
abiertas, extensas y flexibles que rodean un mismo tronco, llamado en India Shushumna,
que se encuentra sobre nuestra columna vertebral.
La KUNDALINI está conformada por esta mística triada, por
esta danza integradora que vitaliza e impulsa la salud de cada uno de nuestros
chacras, y en el caso puntual del Reikista, facilita el flujo de KI a través de
las manos, frutos expresivos del misterioso árbol de la vida.
Para todos aquellos seres que deseamos continuar potenciando
nuestra capacidad como instrumentos de la vida, en un tono vibrante y melodioso de
SALUD, LONGEVIDAD, ARMONÍA Y AMOR, para nosotros mismos y para el entorno, nos
corresponde afinar las cuerdas – canales de energía – por los cuáles ese
arrullo de la existencia fluye. En especial, aquellos Reikistas que desean
iniciarse en la práctica del Nivel III y la Maestría Reiki, es esencial y
gozoso aprender ejercicios básicos y prácticas meditativas que faciliten el
flujo continuo y despejado a través de estos canales sagrados. Dichos canales, permiten
la entrega del contenido energético de luz e información que pasan a los seres
que reciben una iniciación en Reiki, o que reciben un tratamiento de imposición
de manos, cuyos efectos pueden potencializarse conforme cada sanador se ocupa
de sí mismo y de la fluidez emocional, mental, física y por tanto espiritual de
su ser, como un canal del Amor Universal.
La energía KUNDALINI, llamada también la “enroscada” mientras
no esté despierta, permanece en esa posición en nuestro coxis, en la zona
sacra, cuyo nombre no es al azar y alude al poder Sagrado de la vida y del
acto vital y creativo de la sexualidad; así como la potencia energética en relación
con nuestros órganos sexuales. Sabemos, por el conocimiento compartido en Reiki
sobre los chacras, que el centro sexual se nutre desde ese punto de energía;
sin embargo, poco hablamos sobre las prácticas para activar ese punto y
para que esa energía fluya de modo ascendente hasta nuestra coronilla
y alimente también todos nuestros otros centros de luz, información o energía.
Emulada a una serpiente, referente que fue usado de forma
engañosa y deformada por occidente y en especial por la religión, el símbolo realmente nos señala que se trata de una energía que es cambio continuo y en
cuya regeneración se esconde el misterio mismo de la vida y la salud.
Todas aquellas prácticas que estimulen la flexibilidad y
fortalecimiento de nuestra columna vertebral, unidas a procesos de respiración
consciente (como los ejercicios de pranayama del yoga, el hatha yoga),
favorecen la activación de esta energía de vida. Así como los ejercicios
de visualización, en donde una imagen mental de una luz que recorre
este canal de forma ascendente o circular, como lo muestras los gráficos sobre
la órbita microcósmica, potencian y movilizan cualquier tipo de atascamiento o
bloqueo en esta energía.
El chacra sexual, directamente
asociado al centro de las relaciones (no sólo las sexuales, pero también a
ellas), vibra en resonancia con el poder del chacra de la palabra, el de la
COMUNICACIÓN... ¿Y cuál ha sido uno de los vehículos expresivos más contundentes de
la humanidad? La danza. Ella más que la lengua y habla,
nos reúne y a su vez conecta en el cuerpo esos canales de
comunicación esencial de nuestra energía, de lo femenino y lo masculino, bajo
un principio de fluidez. Por eso, el gran Dios Shiva de los hindúes es
considerado un danzarín, pues al ritmo de su danza, la vida surge y muere.
Ese gran danzarín o esa gran
danzarina, que ha sido representado también de forma andrógina, nos muestra el equilibrio de
esas fuerzas en el vientre de la madre cósmica, madre vida, y nos señala como
la danza es la actividad espontánea, arcaica y presente aún, más significativa,
tanto por su impacto simbólico como energético a lo largo de la historia de la humanidad.
En palabras de coreógrafo Maurice Béjart, que
habla de una visión tántrica (de unión y comunión) de la danza: “Danzar … es ante todo comunicar, unirse,
reunirse, hablar al otro en las profundidades de su ser. La danza es unión,
unión del hombre con el hombre, del hombre con el cosmos, del hombre con Dios”.
Danzar, es entonces otra forma gozosa y espontánea, pero
no por eso menos consciente, de activar la energía alquímica de la vida, la
KUNDALINI. ¿Quién no ha sentido vitalizado su cuerpo después del movimiento?,
¿máxime cuando este movimiento no es afanoso, mecánico o rígido, sino
espontáneo, rítmico, acompasado a una necesidad interna? Por esto, no se trata
ya de “saber bailar”, sino más bien de danzar un ritmo propio, que equilibre
esas fuerzas esenciales que operan en nuestro psiquismo, y se encuentran allí
no sólo en el fondo de nuestro cuerpo, también de nuestra alma para CREAR.
El encuentro sexual, es también un escenario de autoreconocimiento de esta energía sanadora que impulsa la vida. Dicha unión sagrada nos
indica una conexión consciente entre lo masculino y femenino, en dónde el
principio erótico se nutre del reconocimiento amoroso, afectivo y respetuoso del
propio deseo y el propio cuerpo, como un vehículo de amor y respeto para el
encuentro y el deleite con el otro.
Se trata de una sexualidad que
conectada al corazón, permita el despertar de una nueva consciencia, a través
del encuentro corporal, cómo un vehículo sacro de la vida y por tanto de la
divinidad. Ya en otro momento, quizá en este espacio, podamos hablar de por qué
ese despertar de la energía Kundalini (que es la energía de la creación, el
dinamismo constante del proceso evolutivo, no sólo corporal, sino también de la
consciencia viva en cada cuerpo y por tanto en cada célula), se da de manera especial
a través de lo femenino, que no quiere decir sólo a través de las mujeres,
pero a veces de manera muy especial y urgente a través de ellas.
Hablamos del despertar del femenino
en la tierra, a la que a su vez, reconocemos como un planeta que por la fuerza
de la naturaleza en ella y la preponderante presencia del agua, referenciamos
como un planeta femenino. Hablamos de la ascensión y del despertar de un nuevo
nivel de consciencia en la humanidad que genere unas relaciones nuevas,
renovadas, ya no desde el ego, sino que a través de él pero impulsadas por el
corazón.
Si desean conocer más acerca del
maravilloso, antiguo y vigente, sacro y escondido, motor de la existencia y la
salud, así como de los procesos de cambio y desprendimiento (la muerte)
inherentes a la vida, los invito a la próxima CANALIZACIÓN GRUPAL, de AYMALUZ,
Ángeles y Maestros de Luz, sobre Kundalini, Despertar y ascensión de la energía
sexual creadora, que se realizará el próximo sábado 3 de mayo de 3 a
5 pm, en el Auditorio del Hospital General de Medellín.
Para mayor información, visita la página: www.aymaluz.net.
Para mayor información, visita la página: www.aymaluz.net.
* Tomado del libro: Tantra, el culto de lo femenino - André Van Lysebeth.* Los invito a consultar el libro El Reiki esencial, y toda su explicación sobre la órbita microcósmica, un mecanismo de activación de la energía Kundalini, tanto en su proceso de ascenso como de entrega y conexión con la tierra, en descenso. Importante para todo sanador y maestro Reiki.
Ana Lucia Acosta Bedoya.
Maestra y Terapeuta Reiki - AYMALUZ
Ana Lucia Acosta Bedoya.
Maestra y Terapeuta Reiki - AYMALUZ
Comunicadora social - periodista U. de A.
Master en Derechos Humanos U. de Alcalá - Madrid.
Doula - Org. Doula Caribe
Master en Derechos Humanos U. de Alcalá - Madrid.
Doula - Org. Doula Caribe
No hay comentarios:
Publicar un comentario